El día es claro, despejado y con un punto de frescor; de esos que te hacen encogerte de hombros e ir con paso ligero a tu punto de destino. Hoy es diferente; hoy salgo a pasear, por el simple placer de percibir Vitamina D calándose en mis huesos. Llego a ese bonito paseo qué tantos bonitos recuerdos me trae; ¡oh! noto una bomba de jabón deshacerse ante mí. Mi yo más infantil sale a pasear también; me apresuro y trato de coger otra y otra y otra hasta que identifico su procedencia mientras los rayos de sol se mezclan entre mis recuerdos.
De repente, así sin más, me invade la felicidad. Ese estado caprichoso que aparece y te hace sonreír con las cosas más simples.
¿Qué más se puede pedir? Pues sí, esto.
x
Allegra*